miércoles, 21 de julio de 2010

Cuando el pez chico se come al grande

Si a alguien fuera de esta zona del Sur de la Florida se le preguntara qué área urbana considera que sea mayor, Fort Lauderdale o Miami, no es difícil anticipar la respuesta.
Estoy aquí de visita, y por lo menos en periodismo, la respuesta verdadera es la que no parece. El lunes visité The Miami Herald, de la enorme, preciosa y fashion ciudad de Miami, y al siguiente día estuve en The Sun Sentinel, en Fort Lauderdale.
En ambos casos, es apabullante lo que está ocurriendo con la prensa estadounidense: se hace chiquita a pasos agigantados. Directivos de ambas empresas informativas lo corroboraron por separado. Pero hay diferencias. El diario maiamense, con todo y su imponente edificio en Biscaine Bay, está parcialmente vacío. Sus grandes rotativas, con capacidad de imprimir 60 mil ejemplares por hora, estaban paradas. No necesitan trabajar tanto, porque el periodismo sobre papel se está reduciendo a pasos agigantados, aunque difícilmente morirá pronto. Sus máquinas tienen 13 años, y probablemente nunca más las remplacen.
“El Sol” lauderdaliano, por el contrario, ha encontrado que puede producir televisión y radio, y que sus rotativas pueden maquilar periódicos regionales, pero también la versión para Florida de los diarios nacionales USA Today y The Washington Post. Pero, más importante aún, tienen la expectativa de que algún día a su odiado competidor por años, y hoy asociado de palabra para cuidarse mutuamente sus “parcelas” empobrecidas de lectores, mantiene la esperanza de que algún día a The Miami Herald, con todo y su versión en español de El Nuevo Herald, le sea más barato imprimir los ejemplares que necesita vender en la rotativa de Fort Lauderdale.
El pez chico, aparentemente, se comerá al grande.

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