sábado, 28 de agosto de 2010

Mexicana afectará a viajeros y a la industria turística nacional

El problema que está viviendo Mexicana de Aviación, que por muchos años fue la aerolínea líder de México y una de las principales de América Latina, traerá perjuicios a los viajeros y tendrá un impacto inevitable en la industria turística nacional.
Surgida en 1921, Mexicana creció con absoluta libertad al amparo de un sistema político paternalista que la privilegió. Por muchos años fue la única forma de volar entre la ciudad de México y muchos destinos nacionales con alto poder adquisitivo: Minatitlán-Coatzacoalcos, por ejemplo.
Aeroméxico tuvo que acomodarse en lo que Mexicana no consideraba vital para sus operaciones, tanto en México como en el resto del mundo. Mientras “Los Patos”, como despectivamente los de Aeroméxico apodan a su competencia por la resistencia tuvieron a cruzar los océanos Pacífico y Atlántico mientras ellos lo hacían, Mexicana se consolidó como la aerolínea nacional con más vuelos hacia Norte, Centro y Sudamérica.
Por el proteccionismo del que gozaba, fue incapaz de soportar las crisis económicas de 1982 y 1994-1995. Tuvo que recibir apoyo gubernamental y subsidios fiscales de los mexicanos. Pero su estructura operativa, sus contratos colectivos con pilotos, sobrecargos y personal de tierra se mantuvieron con una lógica distinta a la vinculada a obtener cada vez mejores resultados económicos. El paternalismo gubernamental siguió protegiendo a la aerolínea de sus propios errores y del surgimiento de competencia: Taesa, Aerocalifornia, Aviacsa, ahora todas desaparecidas.
El ascenso del Partido Acción Nacional (PAN) al gobierno federal trajo nueva competencia aérea, y una incapacidad para resolver si fusionar o no a las dos aerolíneas bandera mexicanas. Al final, en 2005, fueron privatizadas por separado.
El nuevo dueño de Mexicana, el empresario hotelero Gastón Azcárraga, obtuvo un complemento a sus negocios que pudo ser estratégico. Sustituyó la vieja flota propia de Boeing 727 por aeronaves Airbus rentadas, en su mayoría, y apostó por endeudarse para aumentar las generosas utilidades que siempre había tenido cuando gozaba de exclusividad. Pero nunca hizo un análisis profundo sobre lo que ya se veía venir: más competencia (con Interjet y Volaris a la cabeza), y una crisis económica internacional que transformaría dramáticamente la aviación internacional. Azcárraga no lo vio, o no lo quiso ver.
Hoy Mexicana tiene 480 rutas diarias nacionales e internacionales, suspendidas, una estructura de vuelos que se creó en tiempos de holgura gubernamental que en buena medida no es rentable, y una estructura de costos onerosa, incapaz de sostenerse con sus ventas.
A Gastón Azcárraga lo que le interesa ahora es salir del negocio aéreo y concentrarse en sus hoteles en el país, Fiestamericana y Fiesta Inn, entre otros. No pudo con el reto de modernizar a Mexicana, y ahora enfrenta una deuda por más de 15 mil millones de pesos. La aerolínea tiene dos opciones: ser comprada por un inversionista capaz de acordar con el personal y el Gobierno duras medidas de ajuste para volverla rentable, o la quiebra y desaparición de la empresa aérea decana del país.
En esta situación, ¿qué va a pasar con los viajeros? Es muy probable que la aviación nacional empequeñezca su presencia nacional, y que aerolíneas extranjeras ocupen los espacios abandonados por Mexicana en vuelos internacionales. También es probable que, independientemente de lo que ocurra con la aerolínea, sus competidores nacionales frenen la pugna de tarifas, ante la necesidad de recuperar lo que la crisis económica y la influenza humana A H1N1 les causó en pérdidas en los últimos dos años. En consecuencia, para los mexicanos volar se encarecerá.
Pero el principal afectado será la industria turística nacional, que inevitablemente verá caer el número de visitantes, con pérdidas para hoteles, restaurantes y centros de diversión, y toda su cadena de proveedores durante los siguientes tres años. La crisis para todos ellos inevitablemente se extenderá.
La falta de visión estratégica de Azcárraga hizo de una oportunidad de negocios una tragedia para el país.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Crece la seducción comercial

Para mañana está previsto que la cadena Best Buy abra su sexta tienda en México, y su segunda en la ciudad de Guadalajara. La sucursal Ciudadela será la tercera con mayor área de ventas del millar y medio que tiene en varios países, después de las de Shangai, China, y Mundo E, en la ciudad de México.
Con ventas anuales de 40 mil millones de dólares, para 2013 tiene como meta duplicar esa cantidad, y para ello cuenta con el significativo aporte de sus seis tiendas en México.
De acuerdo con la empresa, el mercado de aparatos eléctricos y electrónicos mexicano significa 14 mil millones de dólares, unos 180 mil millones de pesos, y la empresa busca vender buena parte de esa cantidad en nuestro país.
¿Cómo?
De acuerdo con Eduardo García Fabregat, presidente de la empresa en México, Best Buy contempla tres tipos de clientes: las familias, los jóvenes con poder adquisitivo, y los “aspiracionales”; es decir, los que aunque no tengan los suficientes recursos para comprar desahogadamente son capaces de castigar sus otros gastos para adquirir equipos electrónicos que les generen prestigio en sus círculos familiares y de amistad.
Para potenciar sus ventas, Best Buy mantiene un modelo de negocios que permite que buena parte de sus 25 mil productos en catálogo puedan ser tocados y usados por los clientes. A diferencia de lo que ocurre todavía con muchas tiendas tradicionales, las personas pueden experimentar en sus sucursales las diferencias entre equipos similares, hasta que lleguen a cautivarse con alguno de ellos. El efecto propicia mayores ventas por metro cuadrado de superficie en cada tienda, frente a lo que ocurre con sus competidores.
La lección para los empresarios es evidente. Best Buy nació en 1966 en Saint Paul, Minnesota, como un almacén llamado Sound of Music, que ofrecía novedades en equipos electrónicos, permitiendo que los clientes pudieran experimentarlos para decidir su compra. Cuarenta y cuatro años después, el modelo sigue cautivando al público, que lo prefiere a ser atendido detrás de un mostrador por un dependiente que va y viene por los equipos que piden los compradores.
La inauguración de la sexta tienda de Best Buy en México tiene, además, un sabor especial. El presidente de Best Buy México, García Fabregat, dirigió la tapatía Fábricas de Francia de 1982 a 1995. Es decir, mañana la ceremonia de inauguración de Best Buy Ciudadela tendrá un sabor de revancha.

martes, 24 de agosto de 2010

Belleza y tragedia

Desde anoche en redes sociales y medios digitales electrónicos, y hoy a lo largo del día, uno de los temas dominantes es que una tapatía ganó el concurso Miss Universo. Desde programas de análisis a los más superficiales, no han dejado de tocar el tema. “Tenemos a la mujer más bella del planeta”; “Ganó México”; “Somos el país con el hombre más rico y la mujer más bella del mundo”; “Es un triunfo de la frivolidad mexicana”.
Mientras eso sucede en los medios, la población en general, menos crítica, habla del tema con satisfacción, en términos generales, como un logro compartido, propio, que da tema de conversación y que permite olvidar, así sea un poco, sus problemas personales.
Parece cuestión de generaciones. En 1953 otra jalisciense, Ana Bertha Lepe, fue orgullo nacional por haber quedado en tercer lugar en el mismo certamen. En 1991, la bajacaliforniana Lupita Jones alcanzó la corona del concurso.
Ambas han sido tocadas por la tragedia. Jones se vio involucrada en el reciente caso del Bar Bar y el ataque al futbolista Salvador Cabañas, pues el dueño del lugar, Simón Sharaf, fue su novio.
Lepe todavía sufrió más, pues su padre, Guillermo, mató a balazos al novio de Ana Bertha, Agustín de Anda, sin que se aclarara el motivo de semejante rivalidad. Ella subió de peso, hasta rebasar los 100 kilogramos, se lesionó la columna vertebral y adquirió problemas hepáticos y gástricos.
La belleza es sociológicamente un paradigma aspiracional. Pero es un valor muy fuerte para las relaciones humanas, la mercadotecnia y la seguridad. En otras palabras, produce vínculos personales, dinero y tranquilidad. Pero acarrea costos. Las historias de Ana Bertha Lepe, Lupita Jones y varias “reinas” de belleza ligadas con narcos, políticos y empresarios van dejando una estela de tragedias.
¿Cuál será la de Jimena Navarrete Rosete? Si ocurre, también dará qué hablar, como hoy.