jueves, 3 de marzo de 2011

Le vieron los huaraches a Felipe Calderón

• UNA NOTA DE THE WASHINGTON POST EXHIBE LA IRRITABILIDAD Y POCA ESTRATEGIA DEL MANDATARIO MEXICANO
• EL PRESIDENTE ASEGURÓ ANTES DE VERSE CON OBAMA QUE PEDIRÍA LA REMOCIÓN DEL EMBAJADOR DE EU CARLOS PASCUAL

Felipe Calderón llegó a la Casa Blanca con la espada desenvainada, enérgico, en contra del embajador estadounidense en México Carlos Pascual, revela una entrevista previa que, por la mañana, tuvo el mandatario con un grupo de periodistas de The Washington Post (http://wapo.st/f9NX6M).
Mientras el presidente de México participaba en una conferencia de prensa conjunta con el mandatario de Estados Unidos Barack Obama después del encuentro privado y con sus respectivas comitivas, el importante informativo de la capital de la Unión Americana liberó en internet la nota del encuentro entre Calderón y los periodistas, en la que resalta por mucho la irritación de Calderón en contra de Pascual, de quien dijo que solicitaría a Obama su reemplazo.
A juzgar por lo expresado en la conferencia de los mandatarios, la solicitud de Calderón no fue aceptada, lo que explicaría la seriedad con la que el mandatario mexicano estuvo durante toda la conferencia conjunta, de 13:20 a 14:00 horas.
Este hecho corrobora no sólo que Calderón realmente mostró su carácter en contra de Pascual (http://bit.ly/hzMaqw); también exhibe la falta de capacidad del equipo de asesores diplomáticos y de comunicación social de la Presidencia mexicana.
De la misma forma que Calderón ha utilizado frases populares, se puede inferir que a Calderón “le vieron los huaraches” en Washington.

TRADUCCIÓN DE LA NOTA EN THE WASHINGTON POST

Calderón: WikiLeaks causó graves daños en las relaciones México-Estados Unidos

Por Mary Beth Sheridan
Jueves, 3 de marzo de 2011, 12:35 PM

El presidente mexicano Felipe Calderón dijo el jueves que la liberación del Departamento de Estado de los cables de Wikileaks con críticas a la lucha antidrogas de México ha causado "graves daños" en su relación con Estados Unidos, y planteó que las tensiones aumentaron de manera tan dramática que podrían interrumpir la relación con el embajador de Estados Unidos en su país.
Los comentarios de Calderón fueron los más fuertes hasta la fecha sobre los cables secretos de Wikileaks, que han amenazado con perturbar lo que ambos países han considerado como una cada vez más estrecha cooperación en contra de las bandas de narcotraficantes violentos.
El presidente de México, al comenzar la jornada de hoy en Washington (antes de reunirse con el presidente estadounidense Barack Obama) sugirió que la liberación de los cables había causado confusión en su equipo de seguridad nacional. Destacó un cable que afirma que los militares mexicanos han desarrollado "hábitos de aversión al riesgo".
"Es difícil, si estamos viendo la valentía del ejército. Por ejemplo, han perdido la vida probablemente 300 soldados, y de repente alguien de la embajada estadounidense dice que los soldados mexicanos no son lo suficientemente valientes”, dijo Calderón a periodistas de The Washington Post antes de trasladarse a la Casa Blanca.
"Se expresa que (las fuerzas armadas) no están suficientemente coordinadas, y de repente empiezan a llevar información a una agencia, y no con las demás", dijo.
La observación de Calderón parece ser una referencia a un cable firmado por el embajador Carlos Pascual que describe cómo la marina de México capturó a un traficante importante (Arturo Beltrán Leyva) después que funcionarios de Estados Unidos vieron que la información no fue aprovechada por el ejército mexicano.
"Tenemos una expresión en México que dice 'No me ayudes, compadre '", expresó Calderón sarcásticamente.
Se le preguntó si podía seguir trabajando con el embajador de Estados Unidos. El mandatario mexicano respondió: "Esa es una cuestión que voy a plantear al presidente Obama".
Al preguntarle sobre si había perdido la confianza hacia Pascual, Calderón hizo una pausa y luego dijo: "Es difícil de construir y es fácil de perder".
Funcionarios estadounidenses han defendido el trabajo del embajador estadounidense en México. Pascual y la embajada en México están "haciendo un gran trabajo para promover los intereses de Estados Unidos y apoyar a nuestros socios mexicanos, tanto en el tema de seguridad como en los otros asuntos de la agenda", dijo un alto funcionario de Estados Unidos en un encuentro con periodistas, bajo condiciones de anonimato.
De dejar la embajada en México, Pascual sería la víctima más importante de Estados Unidos por el escándalo de Wikileaks. Sólo un embajador estadounidense ha tenido que abandonar su labor por los cables: Gene Cretz, que tomó un largo descanso de Libia antes de las manifestaciones contra el gobierno.
Pascual no respondió un correo electrónico en busca de comentarios.
Calderón se encuentra bajo intensa presión para frenar la violencia, apoyado en el ejército mexicano contra poderosas bandas de narcotraficantes. Más de 35 mil mexicanos han muerto en la violencia relacionada con las drogas durante los últimos cuatro años.

Calderón, el iracundo

• EL PRESIDENTE MEXICANO SE ENCUENTRA HOY CON OBAMA LUEGO DE EXPRESIONES INSÓLITAS CONTRA EL EMBAJADOR DE EU
• AMBOS MANDATARIOS YA TIENEN ENCIMA LA PRESIÓN DE PROCESOS ELECTORALES PRESIDENCIALES PARA 2012

Cuando este mediodía los presidentes de México, Felipe Calderón, y Estados Unidos, Barack Obama, se sienten frente a frente y se vean a los ojos, seguramente correrá un viento frío por el salón. Más allá de la agenda bilateral, en la que sobresale por mucho la inseguridad y el combate a la violencia de la delincuencia organizada en nuestro país, estará presente el trato que el mandatario mexicano ha dado al embajador estadounidense Carlos Pascual, ajeno a las formas diplomáticas.
En las últimas semanas Calderón ha dejado en claro que está muy molesto con Pascual. El colmo fue la entrevista bastante cortés que le hizo Roberto Rock y que El Universal publicó la semana pasada, en la que tacha al diplomático de ignorante, distorsionador y manipulador que “le echa mucha crema a sus tacos”. Y esta irritación, que alcanza la ira y el desprecio, ha tensado el encuentro de hoy entre los mandatarios y sus comitivas.
Hasta donde se sabe, la molestia de Calderón obedece a la divulgación desde noviembre pasado de los cables de Wikileaks sobre correspondencia entre el Departamento de Estado estadounidense y sus representaciones diplomáticas, que en el caso de México ha exhibido reportes sobre discoordinación, falta de estrategias efectivas, corrupción y filtraciones entre las fuerzas armadas y policiacas mexicanas, reconocimiento de funcionarios gubernamentales sobre la pérdida de control en algunas zonas del país y hasta dudas sobre la capacidad de liderazgo de Calderón.
La molestia se ha convertido en distanciamiento del gobierno mexicano hacia el embajador estadounidense, un trato inusitado por muchos años.

¿HABRÁ CAMBIO DE EMBAJADOR?

La ira y voluptuosidad de carácter de Felipe Calderón no son desconocidas. En 1997, recién había asumido la presidencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN), el también panista Carlos Castillo Peraza, aprovechando que fue una especie de mentor del hoy presidente de México, le escribió una carta lamentando su estilo de liderazgo: “Nadie puede darte gusto, das órdenes y las cambias, pides trabajos intempestivamente –lo que frena las tareas en curso– invades las competencias de todos, maltratas (a los colaboradores) verbalmente en público y mudas constantemente de opinión, tardas en tomar decisiones, das marcha atrás, no escuchas puntos de vista de tus colaboradores y haces más caso a ‘asesores de fuera’ que a los miembros del equipo que quisiste fuese el tuyo”. La publicación póstuma de esta carta permite tener un inusual testimonio cercano sobre su personalidad.
En México, los señalamientos y actitudes de Calderón contra Carlos Pascual han influido en que la opinión pública nacional estime que el mandatario exigirá en Washington el cambio de embajador, alentado por lo que parece más una frivolidad que un peligro real. Pascual sostiene una relación afectiva con una hija del líder de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Rojas.
En Estados Unidos las cosas se ven de manera distinta. Según una nota de la agencia AP, firmada por Mark Stevenson, el secretario adjunto de Relaciones Exteriores de México, Julio Ventura, negó que en el gobierno haya desencanto con la labor del diplomático. “’Hay una relación directa e intensa’ con Pascual (...) La oficina de Calderón dijo que Pascual se ha reunido periódicamente con Calderón, a pesar de que los medios de comunicación locales sugieren que el presidente lo ha estado evitando”.
Por lo que señaló a El Universal, la irritación de Calderón contra Pascual se basa en lo que se pudo leer en los cables de Wikileaks sobre México. En todos ellos, aunque contravienen la versión oficial sobre la lucha contra la inseguridad en el país, no se ha encontrado razón alguna para acusarlo de pérdida de confianza. Y si no la hay, mal haría el presidente mexicano con exigir su cambio, independientemente de que la administración de Barack Obama lo conceda o no.
Como jefe de gobierno, Calderón tendría que privilegiar en su visita a Washington la colaboración binacional frente a un problema que ya agravia a la población en México. Tanto Estados Unidos como nuestro país se aproximan a unas elecciones federales que podrían verse influidas, de distintas maneras, por la inseguridad que vive nuestra nación. A ambos mandatarios les conviene llegar a acuerdos de beneficio mutuo, y quitarse de irritaciones personales.
Pero bueno, pesa el carácter de Calderón, descrito por quien lo ayudó a madurar como político.

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Para leer la entrevista a Calderón en El Universal:
http://www.eluniversal.com.mx/notas/746815.html

Para leer las cartas de Carlos Castillo Peraza sobre Calderón:
http://www.vanguardia.com.mx/carta_de_carlos_castillo_peraza_a_felipe_calderon-649634.html y http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/desnudan-cartas-a-felipe-calderon

martes, 1 de marzo de 2011

Guía para aprovecharse de Slim

* EL DUEÑO DE TELMEX Y TELCEL HA OFRECIDO CONTRIBUIR EN MODERNIZAR EL MARCO REGULATORIO DE LAS TELECOMUNICACIONES

Una advertencia. Este texto no está escrito para Emilio Azcárraga Jean (Televisa), ni para Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca) o alguno de los otros oponentes del ingeniero civil por la UNAM Carlos Slim Helú (Ciudad de México, 71 años). Está pensado para los millones de clientes que tienen Telcel y Telmex, unos 75 millones de mexicanos que quisieran mejores servicios y precios. Porque si eso ocurre, los consumidores en las otras empresas de telecomunicaciones en el país también se verán beneficiados.
¿Qué tendría que ocurrir para que esto sucediera?

1. Actualizar las leyes y regulaciones en el sector, para favorecer la operación competitiva de diversas empresas de telecomunicaciones: televisión, telefonía e internet. La que tenemos es obsoleta.
2. Despolitizar a los órganos reguladores y de supervisión de la industria, reconformarlos con técnicos de honestidad probada y dotarlos de mayor capacidad jurídica para imponer sanciones cuando se perjudique el interés público. Actualmente estos organismos están integrados mayoritariamente por personas con compromisos políticos.
3. Modernizar los usos de todo el espectro radioeléctrico, con la aplicación de nuevas tecnologías digitales que sustituyan algunas de las aplicaciones actuales.
4. Elevar la asesoría y el apoyo a los consumidores, ante incumplimientos de los proveedores. Ahora este respaldo es incompleto.
5. Inhibir legalmente las complicidades de grupos y actores políticos con empresas de comunicación. El Instituto Federal Electoral (IFE) ha perdido fortaleza en esta labor, ante el cada vez menor perfil público de sus consejeros.

En el fondo, aprovecharse de los servicios que ofrecen Slim y el resto de los empresarios del sector se resuelven elevando la calidad de servidores públicos que elegimos. ¿Difícil? Sí, pero no parece haber otra forma para que ocurra.

Y ÉL, TAN CAMPANTE, COMPRA MAZAPANES EN LA CALLE

Slim Helú lleva semanas en las portadas de los medios de comunicación, desde que ocurrió la abrupta despedida de Carmen Aristegui en MVS Noticias y la presunción de algunos medios, multiplicada con la conferencia de prensa de la comunicadora en la que acusó a la Presidencia de la República de haber intervenido en la empresa para la que trabaja para que la despidieran, bajo la amenaza de que se dificultaría la retrasada entrega de la concesión para operar la banda de 2.5 Gigahertz. Esta banda permitiría cubrir el país con internet, telefonía y televisión de manera más eficiente que cualquiera de los servicios que actualmente se ofrecen.
Vino entonces la ampliación de las acusaciones de analistas y empresas competidoras, como Televisa, que acusa a Slim de ser socio de la familia Vargas, dueña de MVS, para explotar la banda de 2.5 Gh para expandir su negocio de telecomunicaciones en el país. Siguieron, en días pasados, la renuncia de todas las empresas de Slim a anunciarse en los medios de comunicación de Televisa y TV Azteca.
Esta semana Slim dará más para hablar. El lunes celebró 20 años de haber comprado Teléfonos de México, y este martes inaugura las nuevas instalaciones del Museo Soumaya –que honra el nombre de su esposa, ya fallecida— con una pasarela de invitados que será envidia para muchos.
Pero el empresario no se muestra preocupado. El lunes caminó tranquilamente con el famoso entrevistador de CNN, ya jubilado, Larry King, para comprar mazapanes y dulces típicos en el Centro Histórico de la ciudad de México, para luego irse a comer en uno de sus negocios de comida.
Slim se ha manifestado reiteradamente en favor de que se mejore el marco regulatorio y la supervisión de las empresas de telecomunicaciones, abriendo el sector a la libre competencia. Es tiempo de poner a prueba sus palabras.

domingo, 27 de febrero de 2011

El ultimátum de Obama a Calderón

• RECIÉN LLEGÓ OBAMA AL PODER, CALDERÓN SE COMPROMETIÓ “PERSONALMENTE” A DEJAR A SU SUCESOR UN PAÍS SEGURO
• CUANDO ESTA SEMANA SE ENCUENTREN AMBOS MANDATARIOS, LA SITUACIÓN NO SERÁ FÁCIL. ES OBVIO POR QUÉ


La agenda política nacional de esta semana tendrá énfasis en viajes. Primero se hablará de lo maravilloso que puede ser venir a México; luego vendrá uno que el presidente Felipe Calderón probablemente quiera olvidar.
Comienza este lunes, con la presentación de un plan nacional para incentivar el turismo en México, particularmente el que viene del extranjero. Con bombo y platillo se hablará en Los Pinos de todos los atractivos en nuestro país, y a las empresas del sector que estén representadas –en las que tienen mucho peso los capitales de Estados Unidos, España y Francia— no les quedará otra que respaldar el plan, aunque internamente lo único que les preocupa son los severos perjuicios que han afectado a “la industria sin chimeneas” en los últimos años gracias; entre otros factores, a la crisis económica internacional, la epidemia de gripe AH1N1 y, particularmente, el incremento de la violencia y la crudeza generada por la lucha gubernamental contra las bandas de delincuencia organizada, una lucha que cada vez es más cruenta e improductiva.
Aparentemente, las vacaciones de fin de año causaron que Calderón llegara a la conclusión de que había que sacudir a todo su gobierno para frenar la caída en visitantes y derrama económica. En la reunión anual de cuerpos diplomáticos mexicanos acreditados en el extranjero de enero el principal mensaje de la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, fue el reclamo de que no estaban haciendo bien su tarea para promover la imagen de México y la exigencia inmediata de que pusieran manos a la obra. En ese tiempo también trascendió una reunión extraordinaria de Calderón con todo su gabinete en la que el mandatario exigió a todos sus secretarios corregir la débil presencia de sus actividades gubernamentales en los medios de comunicación porque dejaban el tema del combate al narcotráfico y sus secuelas como dominante, generando temores entre la población.
La semana comienza, entonces, con una buena dosis de optimismo discursivo sobre el turismo en México impulsado desde el gobierno, que acabará pronto cuando Felipe Calderón tome el avión para viajar el miércoles a Estados Unidos y encarar lo que será probablemente uno de sus momentos más angustiantes como mandatario, porque Barack Obama lo encarará –muy comedidamente, como debe ser el diálogo diplomático— de estar fallando en el principal compromiso que México ofreció a la Unión Americana.

“NO CUMPLIÓ, MÍSTER CALDERÓN”

Salvo muy raras excepciones, los encuentros entre jefes de Gobierno proyectan renovados mensajes de amistad y cooperación. Lo que ocurra en las reuniones privadas, por más que abunde la cortesía expresiva, es algo que no trasciende, más allá de las memorias de los protagonistas que años después se publican.
Gracias a Wikileaks esta vez podemos suponer cuál será el tema principal del próximo encuentro entre los gobernantes mexicano y estadounidense. Hace una semana, el portal del controvertido Julian Assange liberó un informe de la Secretaría de Estado estadounidense (09PARTO40301) que relata los pormenores de un encuentro en México entre la secretaria Hillary Clinton y el presidente Felipe Calderón. El informe fue divulgado por el diario La Jornada (http://wikileaks.jornada.com.mx/notas/secretaria-de-estado-pide-a-embajada-evaluacion-de-calderon), pero la nota se quedó en lo anecdótico al dar cuenta de la “extrema cordialidad” del encuentro, en el que los “ayudantes” de Calderón estuvieron continuamente tratando de interrumpir la conversación, ante lo que el mandatario les hacía señales de que no lo hicieran.
El documento de Wikileaks es muy rico en detalles sobre aspectos de primera magnitud en la relación bilateral. Para apreciarlo en toda su dimensión hay que recordar que entonces, mientras Calderón se acercaba a la segunda mitad de su mandato Barack Obama comenzaba su administración con muchas aspiraciones para el mundo entero, luego del desastroso gobierno de ocho años de George W. Bush que sumió al planeta en una polarización geopolítica, una guerra injusta y que permitió que se gestara la crisis económica internacional con más perjudicados en la historia de la humanidad.
Con apenas unas semanas en el poder, la administración Obama buscó actualizar la agenda binacional con México. Como informó la nota de La Jornada, ante los infructuosos aspavientos de colaboradores de Calderón el mandatario habló y habló y habló mientras Hillary Clinton lo escuchaba. Como se supo por otro cable de Wikileaks, a la secretaria le ha interesado conocer el perfil del mandatario mexicano.
En el resumen de inicio aparece: “El presidente Calderón enfatizó su compromiso personal para garantizar la seguridad de los ciudadanos mexicanos (...) transmitió las preocupaciones sobre cómo el tema de Cuba será tratado en la próxima Cumbre de las Américas y discutió sus ideas para el planeta en el tema medioambiental (...) El presidente Calderón alentó a Estados Unidos a volver a asumir su papel clave en la región”.
Pero el aspecto en el documento filtrado que tiene más consecuencias es el punto 6: “El presidente Calderón reconoció que aunque la agenda bilateral es más amplia que el de la seguridad, señaló que éste es el asunto más urgente. Calderón se comprometió personalmente a dejar a su sucesor un México seguro, con instituciones creíbles y libres de la sospecha de la corrupción”.
A casi dos años, lejos de la meta, el país está más convulsionado que entonces. La estrategia que ha aplicado el gobierno, más que aminorar la violencia la ha extendido y vuelto más sanguinaria, convirtiéndose en un factor que podría influir en el proceso electoral en México. La credibilidad de las instituciones está abajo, y la corrupción campea.
Pero Calderón no sólo está lejos de cumplir su compromiso personal. México ya se ha convertido en un serio problema en la agenda interna de Estados Unidos, agraviado por el inusitado atentado a agentes estadounidenses en suelo mexicano, con una baja mortal, y la cada vez más amenazante actitud de los grupos delictivos mexicanos en la frontera común. Por si fuera poco, como fue evidente en la entrevista publicada la semana pasada en El Universal, el presidente mexicano descalifica públicamente a la representación diplomática estadounidense, encabezada por el embajador Carlos Pascual, y la coordinación de las agencias estadounidenses en materia de seguridad.
Esta situación ha fortalecido a la oposición conservadora que enfrenta Obama, a quien acusan de blando hacia México exigiendo medidas más drásticas, en algo que ya influye hacia el proceso electoral de 2012 en la Unión Americana.
Nueve meses después del encuentro de marzo de 2009 con Calderón, Hillary Clinton pidió a la embajada en México que le respondieran (cable 09STATE124636 de Wikileaks) si el presidente mexicano tiene estatura de estadista (idea man) o, por el contrario, se trata de un gerente menor (micromanager). La situación en México le está demostrando a Estados Unidos y a la administración Obama que Felipe Calderón es incapaz de honrar su compromiso de 2009. Y todos sabemos que para corregir un problema con “gerentitos” no se negocia; simplemente se les reprende.
Más allá de las cortesías y las imágenes de Obama y Calderón sonrientes y estrechándose la mano, y gracias a las filtraciones de Wikileaks, sabemos que el gobierno estadounidense tiene motivos para reclamarle a Felipe Calderón porque el fuego en México ya les llegó a “sus aparejos”; de hecho, ya lo ha estado haciendo. Pero esta vez el presidente mexicano no podrá evitar un ultimátum de Obama, por todo lo que la escalada de violencia, la inseguridad y la corrupción en México puede influir en la sucesión presidencial de ambos países.
Lo que ocurra en los siguientes meses podrá confirmarlo.