miércoles, 27 de octubre de 2010

DECISIÓN DE FUTURO. Cómo generar servidores públicos con visión de estadista

De los 108 millones de mexicanos, casi 46 millones tienen una actividad productiva. El 6.5% de ellos, casi tres millones de personas, viven del erario, en cualquiera de los niveles de gobierno o de las entidades paraestatales. Y de éstos, alrededor de 50 mil ejercen funciones que les permiten decidir, con diferencias de poder entre ellos, qué hacer con alrededor de cuatro billones de pesos (320 mil millones de dólares), un tercio del Producto Interno Bruto (PIB) que al año se ejercen de dinero público que, en teoría, deberían encaminarse a elevar la calidad de vida de toda la población, y no sólo la que a ellos les interesa.
En México tenemos un problema de gestión pública ancestral, que hace unos años evolucionó sin que todavía se vea influido sustantivamente por los intereses generales de la población. Durante el largo periodo de la Revolución de 1910-1917, el sistema de partido único en el gobierno creó un hábito entre los servidores públicos. Cada uno se cuidaba de quedar bien sólo con sus superiores, porque eran los que les proporcionaban beneficios y permanencia en su labor.
Esta conducta se sintetiza bien, con ironía e impunidad, con la frase del abogado veracruzano César Garizurieta: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. Garizurieta fue diputado federal y embajador de México en Haití y en Honduras en la mitad del siglo XX, hasta que fue obligado, dijo, a salir del servicio público y “a morirse de hambre”. Todavía hay muchos servidores públicos que siguen su ejemplo.
La llegada de otro partido político a la Presidencia de la República en el 2000 y la alternancia en el poder transformó parcialmente la convicción de vida de muchos servidores públicos. Ahora que ya no tienen la certeza de perdurar en la fuente de sus beneficios las decisiones que toman sobre el dinero público se destinan al corto plazo, a fortalecer a su grupo político para mantenerse otros tres o seis años más en el poder.
El contexto histórico de la política nacional en 90 años ha inhibido que entre los servidores públicos surjan los que tienen visión y convicción de estadista, que ubiquen sus decisiones en un proceso de largo plazo, planificado y dirigido eficientemente a resolver carencias sociales de la población: salud, educación, trabajo, servicios públicos, infraestructura, mejor poder adquisitivo y generación de riqueza para beneficio general. Y eso no va a suceder mientras el sistema de gobierno aliente los intereses de corto plazo entre los 50 mil que deciden por el uso del dinero público.
Poco a poco han ido surgiendo en México liderazgos sociales, locales y nacionales, de diversa índole, naturaleza y orientación política, que han ido tomando el papel de interlocutores y supervisores en las decisiones gubernamentales. Su labor es incluso valiente, pero muchas veces incomprendida o poco respaldada.
Con frecuencia, la mayor parte de la población acepta tácita y pasivamente que las decisiones sobre los recursos y los programas de gobierno se resuelvan entre relativamente pocos, cuando afectan a todos. Y desde esta circunstancia, muchos no respaldan la supervisión social que debe hacerse sobre los 50 mil servidores públicos privilegiados.
Y mientras está situación persista, no habrá grandes cambios. Seguiremos adoleciendo de falta de estadistas entre los servidores públicos que tomen decisiones que pueden no serles cómodas, pero que son convenientes para el bienestar general, el que se construye en el largo plazo.
A todos nos conviene respaldar las labores de vigilancia, supervisión y exigencia de cuentas a nuestros gobernantes. Mientras más se dé este respaldo, las decisiones que se tomen serán, a la larga, mejores para la mayoría.

martes, 26 de octubre de 2010

DECISIONES CON FUTURO.Vivir bien a costa de los años adicionales de la gente

Inevitablemente, con cada cumpleaños que celebran las personas adquieren un poco más de probabilidad de vida. Dicho en otras palabras, alejan un poco su fecha de muerte, por lo menos estadísticamente. Eso está sucediendo en México y en el resto del mundo. Esta circunstancia se combina con otra macro tendencia social: las familias están perdiendo paulatinamente la facultad y el compromiso de cuidar directamente a sus viejos, transfiriendo esa responsabilidad a los servicios públicos y privados especializados.
Esta paradoja está creando una enorme necesidad de especialistas en cuidados para la gente mayor: geriatras, reumatólogos, fisioterapeutas, ingenieros creadores de aparatos y tecnologías que pongan remedio al cansancio de los cuerpos y hasta profesionales en actividades recreativas. Pero, por sobre todas estas profesiones, hay una que ya está siendo muy demandada: técnicos para atención cotidiana de personas con capacidades disminuidas; lo que hoy conocemos como enfermeros.
Esta necesidad ya está siendo registrada en el mercado laboral en México. De acuerdo con el Observatorio Laboral del gobierno federal, en 2005 había 77 mil enfermeros con empleo en el país. Este año habrá 116 mil; 51% más en sólo cinco años. El crecimiento en colocación no se frenó ni siquiera durante la caída general de empleo en este par de años por la crisis económica internacional.
Es cierto que aquí habría que descontar a estos profesionales que se incorporan a los servicios médicos para la población de otras edades, pero aún así en 20 años, cuando comience a invertirse la pirámide demográfica en el país que hoy es todavía mayoritariamente de jóvenes, los enfermeros especializados en gente mayor seguirán registrando un incremento en el número de plazas ocupadas.
Hoy, 91 de cada 100 enfermeros son mujeres. Previsiblemente, la equidad en géneros avanzará poderosamente en esta profesión, sobre todo porque hay certeza de un futuro prometedor en estabilidad laboral, buena remuneración y prestaciones interesantes, que atraerá a más varones.
Ahora México tiene alrededor seis millones de personas de 65 o más años; en 40 años serán más de 25 millones.
Pero todavía hay un argumento más prometedor. Estados Unidos y Canadá, nuestros vecinos, están requiriendo ya enfermeros mexicanos para atender a su población de mayor edad, que hoy son alrededor de 75 millones. En 20 años esta población sumará unos 110 millones de personas, y ellos no tendrán cómo cubrir la demanda de atención con sus profesionales.
Un enfermero en México recibe ahora un promedio de 10 mil pesos (750 dólares) al mes por su trabajo. En Estados Unidos, el mismo profesional recibe no menos de tres mil dólares, unos 38 mil pesos mexicanos mensualmente. Aunque naturalmente tienen que ser bilingües.
Hay futuro.

martes, 28 de septiembre de 2010

¿Cadenas para negocio o de mutua desconfianza?

Hace unos días, un empresario se quejaba abiertamente de sus proveedores:
"No cumplen en plazos, ni en la calidad del producto, ni en servicio. Me quedan mal y, en consecuencia, yo quedo mal con mis compradores".
Hay alrededor de cuatro millones de empresas formales en México, de todo tipo. Y la mayoría de ellas están entrelazadas; forman cadenas de aprovisionamiento y distribución, hasta llegar a los consumidores finales.
Cuando un empresario, sobre todo pequeño o mediano (97% de todas las empresas), trata de mejorar sus operaciones de negocios, suele caminar dentro de una "selva" de intereses, en donde importa el trato coyuntural, inmediato, en el que cada parte quiere ver su beneficio en corto. Difícilmente se construyen alianzas, fundamentadas en la mutua confianza y en la mejora continua. No en balde 80% de las empresas en México utilizan a sus proveedores como financiadores involuntarios, al ampliar los plazos para liquidarles lo que les compran.
Esto tiene una explicación. Las instituciones financieras siguen siendo, en valores mercantiles, mucho más caras para otorgar apoyos monetarios. Por eso muchos prefieren decirle a sus proveedores: "Aguántame un rato más. Es que tú sabes, la crisis, la nómina... Necesito un poco más de plazo, pero ven en 15 días y aquí tendrás tu dinero". ¿Qué causa esta actitud en el proveedor? Que también busque su propia ventaja en la relación comercial con su comprador, entregando mal y de malas.
Pocos, realmente pocos hombres de negocios en México suelen esforzarse por tejer relaciones de confianza en su cadena de proveedores y compradores.
Pocos comparten planes de expansión e innovación con su red de vínculos, lo que a final de cuentas hace poco flexible la capacidad de la empresa.
Conozco el caso de un fabricante de commodities que encargó a un proveedor de envases un diseño original. Invirtió una suma importante en la elaboración de los moldes de vaciado del envase. Al final, la relación entre fabricante y proveedor se rompió, y el proveedor se sintió en libertad de utilizar los moldes originales para comercializar por su cuenta el nuevo diseño. Obviamente, proveedor e industrial quedaron lastimados en su relación.
En este contexto, construir relaciones de aprovisionamiento de largo plazo, confiables en la cadena de negocios no es fácil. Pero tampoco imposible. Hay que intercambiar información estratégica, para que toda la cadena pueda reaccionar con prontitud a los nuevos requerimientos de los consumidores finales.
Por el otro lado, también conviene invertir un poco en proteger los derechos de las innovaciones. Pero quien logre todo esto con su cadena de proveedores y compradores alcanzará, a la larga, una enorme ventaja frente a su competencia, porque podrá reaccionar con mucha más agilidad frente a las necesidades del mercado.
¿Es difícil confiar en los otros? Sí. ¿Tiene beneficios intentarlo? Sin duda.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

¿Cuándo vamos a levantar a México?

Esta semana se entrecruzan dos hechos que van a mostrar el tipo de país que productivamente tenemos, cada vez más lejos del que quisiéramos. Por un lado, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) de Davos, Suiza, va a publicar su índice de competitividad de naciones, con malas noticias para nuestro país. Por otro, el gobierno federal entrega hoy el proyecto de paquete económico nacional para 2011 al Congreso de la Unión, y no se esperan buenas noticias.
De acuerdo con anticipos informativos a la presentación de mañana, el informe del WEF, dirigido por el profesor Klaus Schwab, México descenderá del lugar 60, en 2009, al 65º. en competitividad.
El gobierno ya está preparado para contrarrestar la mala nueva. Su plan de acción será cuestionar la validez de la información que fue utilizada para degradar a nuestro país. Todo el índice se fundamenta en consultas con cuestionarios a dirigentes económicos, financieros, empresariales, sociales y políticos de un extenso padrón del WEF. En el caso de México, ha trascendido, se buscó la opinión de unas 800 personalidades, de los que respondieron poco más de 90. “Es subjetivo”, dirán desde el gobierno.
¿Qué coloca a México tan abajo en el nivel que debería tener, frente a otras naciones? Fundamentalmente la burocratización, la ineficiencia en promover competencia empresarial y, sobre todo, la parálisis en la actualización de normas que inciden en los sectores productivos: energía, trabajo, fisco.
El otro lado de la moneda es el trabajo que comenzarán a hacer las cámaras de Senadores y Diputados, en el marco de sus respectivas competencias, a partir de esta semana para evaluar la propuesta del Ejecutivo federal de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para 2011. Aunque muchos políticos hablan de búsqueda de consensos, los especialistas económicos mexicanos esperan un continuismo en un sistema impositivo incapaz para promover la inversión, la productividad y el empleo, y un gasto público ineficiente para invertir cada peso de los mexicanos en mejoras palpables en salud, educación, servicios públicos, infraestructura y, por supuesto, en trabajo mejor remunerado.
En otras palabras, para levantar a México, en competitividad y en todo tipo de indicadores de beneficio social, los políticos, los empresarios, los dirigentes de sindicatos, asociaciones de productores y de organismos sociales, y los rectores de universidades tienen el enorme reto de superar la parálisis, la arterioesclerosis que tanto frena al país, frente al resto del mundo.
Y no dejar solos a los políticos en sus devaneos e intereses de grupo.

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AVISO A LOS LECTORES

Esta semana, este blog recibió el siguiente mensaje:

Estimado Webmaster,

En primer lugar, felicitarle por el buen trabajo realizado para el desarrollo y posicionamiento de su página web.
Quería plantearle la posibilidad de realizar un intercambio entre su web
http://evolucioneshumanas.blogspot.com/
nuestro blog
http://www.master-direccion-empresas.com/
Nosotros le pediríamos que incorporase en su blog un enlace con el texto "Master Administración y Dirección de Empresas" apuntando a
http://www.eude.es/master-online/master-mba/presentacion.htm
y a cambio le ofrezco la posibilidad de añadir
http://www.master-direccion-empresas.com/
el enlace que sea de su interés.
Creo que este intercambio puede ser muy provechoso para ambos, ya que se trata de intercambio de enlaces temáticos que nos ayudarán a un mejor posicionamiento de nuestras webs en la Red.
Quedo a la espera de su respuesta, un saludo,

Marysol Hernández
Marketing de EUDE

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Con el único ánimo de favorecer el debate sobre negocios e impulso empresarial, desde mañana se invitará a los lectores con una liga en este blog a que visiten, si así lo desean.

José Antonio Cázares

martes, 7 de septiembre de 2010

Mexicana, al ritmo de Gastón Azcárraga

Lo logró. Mexicana de Aviación obtuvo esta mañana la declaración judicial que la coloca en proceso de concurso mercantil, lo que significa, en pocas palabras, que la empresa tiene el plazo que necesitaba para negociar, en mejores condiciones, los más de 15 mil millones de pesos de deuda, los acreedores quedan atados de manos para ejercer su derecho y los usuarios... pues que se las arreglen como puedan.
Gastón Azcárraga, el propietario de la aerolínea hasta el 20 de agosto pasado, cuando vendió en simbólicos mil pesos (70 dólares) el control de la empresa a una compañía inversora, recibió un colchón de protección. Pero la clave no está en la venta, sino en el avance del caso.
¿Qué es un concurso mercantil? Es un procedimiento legal por el que una empresa puede solicitar la protección gubernamental contra sus acreedores para detener cualquier acción de despojo o liquidación de bienes. Azcárraga lo ha logrado, luego de que un visor gubernamental comprobó, porque esa es la base para la declaración del concurso, que la empresa no dejó sus operaciones por malos manejos propios sino por factores económicos externos. La famosa crisis económica, sumada a la influenza humana A H1N1 y hasta la imposición de visas a mexicanos para visitar Canadá.
¿Qué sigue?
Un largo año en el que la autoridad judicial reunirá al propietario de la aerolínea con los principales acreedores, buscando la conciliación de intereses. Bien para Azcárraga, porque estará en condiciones desahogadas para “hacerse pato”. Después de que concluya este periodo, la autoridad comenzará a buscar postores que se quieran quedar con la aerolínea, por hasta otro año. El dueño en México de la cadena de hoteles Fiestamericana y Fiesta Inn, entre otros, podrá operar con total comodidad en esta situación, recibiendo ofertas por la marca, que vale, y por los slots y las rutas aeroportuarias.
¿Y los pilotos, sobrecargos y personal de tierra de Mexicana de Aviación y sus subsidiarias, Mexicana Link y Mexicana Click? A sufrir un largo periodo sin ingresos, presionados por la amenaza de que las aerolíneas desaparezcan si no ceden en buena medida en sus salarios y contratos colectivos.
¿Y los usuarios?
A padecer, porque Mexicana seguirá en el limbo, sin operaciones, obligándolos a esperar hasta dos años por el reembolso de los boletos comprados o a liquidar una cuota extra para hacerlos válidos con otra aerolínea.
El bello puerto de Huatulco languidece. La industria hotelera y restaurantera tiene menos de 20% de los visitantes tradicionales por estas fechas gracias al paro de Mexicana. En Oaxaca, donde 60% de los visitantes por avión llegaban por esta aerolínea, los visitantes escasean. Hoy, en un domingo no pasan de 400 los visitantes al maravilloso sitio de Monte Albán, cuando normalmente recibían de tres mil a cinco mil personas.
Contra todos los intereses afectados, Gastón Azcárraga lo ha logrado. Compró una gran aerolínea en una ganga (poco más de 160 millones de dólares), con el pretexto de modernizarla, la endeudó por alrededor de 800 millones de dólares, transfiriendo recursos a otras de sus empresas no afectadas por el caso, y hoy está protegido por la ley para que sus acreedores no le puedan cobrar y, en cambio, ofrecerle beneficios en sus deudas para recuperar algo de lo perdido.
¡Vaya empresarios que tiene México!

lunes, 6 de septiembre de 2010

El lastimado consumidor mexicano

En enero de 2008 los consumidores en México, o sea todos, eran muy optimistas sobre las economías de su hogar y del país. No había ni una sombra de preocupación. Si la confianza que tenía en enero de 2003 valía 100 puntos, en el mismo año de 2008 calificaba con 104.3 puntos su certeza de que la economía de su casa estaba mejor entonces que un año atrás, y con 105.4 puntos su credibilidad en que la tendría mejor un año después.
Con el país también era optimista aunque un poco menos generoso. Tomando la misma referencia, en enero de 2008 calificó con 99.5 puntos la economía de México entonces con respecto a la que recordaba que había 12 meses atrás, y con 99.7 puntos el porvenir nacional en un año.
En consecuencia, la población tenía hace 32 meses la certeza de que podía adquirir, de contado o a crédito, bienes duraderos como un televisor, una sala, un comedor o una estufa. En enero de 2008 calificó esta certeza en 108.6 puntos.
No tenía idea de lo que en Estados Unidos estaba sucediendo en las entrañas de las instituciones financieras, que alegremente se vendían deuda para cambiar sus estados financieros de números rojos a negros. Y algunos pocos informados acá en México, que veían nubarrones, definían el riesgo como “un catarrito” para México. ¿Se acuerda?
En octubre de 2008, justo cuando todos los estados financieros, las deudas y muchas empresas en México comenzaron a sonar sus alarmas y a registrar caídas, los consumidores mexicanos todavía no anticipaban lo que venía. A su economía doméstica actual la calificó con 93.0 puntos respecto de un año atrás, y con 90.0 la de su porvenir a un año; respectivamente, dio 79.7 puntos para la actual del país y 78.1 puntos a la que creía que tendría en un año. Donde la gente mostró temor fue en invertir en compras mayores, y le puso 69.1 puntos, casi 40 puntos menos que ocho meses atrás.
Las curvas de tendencia en los cinco factores observados en este estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Banco de México con encuestas en las 32 entidades federativas del país de octubre de 2008 a agosto de 2010 muestran dramáticas caídas, sobre todo en la situación económica de los hogares, y particularmente en la disposición del consumidor a invertir en compras mayores. La industria, el comercio y los servicios en el país tienen su propia versión del pánico en el que cayeron los consumidores: llenaron bodegas e inventarios, paralizaron parcialmente sus actividades y hubo incluso algunos que tuvieron que cerrar.
Esta reacción de los sectores productivos retroalimentó el pesimismo de la población, que vio su poder adquisitivo disminuido, y en algunos casos su empleo vulnerado. En consecuencia, tuvo que concentrarse en proteger su consumo básico, y posponer compras grandes. Redujo sus visitas a restaurantes, disminuyó el volumen de sus despensas, evitó las salidas a espectáculos o al cine, y dejó para mejor oportunidad viajar con su familia.
Esta situación apenas comienza a levantar. La recuperación de la caída lleva una tendencia de mejora, pero a una velocidad pasmosamente lenta. Los temores no se han ido.
Si bien México se distingue por un mercado interno débil, hay que entender el momento actual. A los empresarios les corresponde comprender esta dinámica, porque tomar pasos en falso, invertir en lo que no debe, puede llevarlos a equivocar resultados y, en consecuencia, pérdida de utilidades. Los consumidores están lastimados, en sus bolsillos y en su confianza, y no va a ser fácil recuperarlos en ventas.
Invierta ahora en capacitación, diseño y sobre todo, en estrategia, no en extender su producción. No es tiempo todavía y le puede costar caro.

jueves, 2 de septiembre de 2010

No confíe en su horóscopo. Infórmese y anticípese

El gobierno y los distintos grupos políticos hablan del gran porvenir que tiene el país y presumen todo lo que han logrado, mientras se enfrentan, cada vez con mayor contundencia, en pugnas y se meten mutuamente zancadillas, con la vista puesta en la contienda electoral de 2012 que renovará al Ejecutivo y al Legislativo federales.
No nos hagamos ilusiones. Están en la suya y no van a atender las necesidades de la población, ni en empleo, ni en mejores salarios. Y los negocios se enfrentarán con una caída de exportaciones, sobre todo por Estados Unidos, y a descenso en ventas por un mercado interno que seguirá deprimido en lo que resta del año. La gente, los clientes, tienen menos dinero, y lo van a aplicar a resolver sus necesidades básicas. No comprarán bienes duraderos, no contraerán créditos, no viajarán, evitarán los objetos de lujo u onerosos.
Para los sectores productivos esta coyuntura es paralizante. Pero el empresario no tiene que ir a que le lean la mano, le echen cartas o le revisen su futuro en el iris de sus ojos. Lo que tiene que hacer es informarse mejor, planificar, buscar las áreas de negocio donde conviene consolidar, y prepararse para la siguiente etapa, con mayor desarrollo, ventas y utilidades que el actual.
De acuerdo con 30 grupos de análisis financiero y económico en el país, nacionales o subsidiarias de foráneas, consultados la semana pasada por el Banco de México, en lo que resta del año hay que prepararse para resistir las operaciones actuales, prepararse incluso para un 2011 ralentizado, aunque menos que el segundo semestre de 2010, y si nos va bien en la coyuntura político-electoral, prepararse para un 2012 que puede ser, por el contexto internacional y la dinámica nacional, mucho más prometedor.
¿Qué tiene que hacer y qué evitar? No invierta ahora, más que en mejora de procesos actuales, y destine una parte de sus recursos para conocer más de su clientela, y sus necesidades. No lance nuevos productos, porque los mercados están deprimidos, y más bien mejore la logística de distribución y comercialización de su oferta actual. No castigue más a su planta productiva; por el contrario, le conviene capacitarlos y estimularlos, con base en incentivos por productividad.
Éste no es un tiempo malo. Es una pausa interesante para el empresario que puede aprovechar para concentrarse en los quehaceres fundamentales de su empresa y prepararse cuando llegue el despliegue del poder adquisitivo de la gente y los mercados. Y, por supuesto, es tiempo de informarse mejor sobre lo que viene para localizar ventajas frente a su competencia.

lunes, 30 de agosto de 2010

Mandamos a los jóvenes a la calle

En estos momentos, grupos de jóvenes de bachillerato pertenecientes a la universidad pública están frente a la sede del gobierno de Jalisco reclamando más dinero para la institución.
No fueron solos a manifestarse. La prueba está en algunos periódicos en los que aparece un desplegado del Consejo de Rectores de la Universidad de Guadalajara haciendo cuentas: “Nos han dado 130 millones de pesos y nos faltan 390 millones de lo que pedimos que nos dieran adicionalmente este año”.
El caso es jalisciense, pero sucede en muchos lugares de América Latina: los jóvenes son pretexto, más que objetivo social. Por eso no extraña que en México la tasa de desempleo general sea de 5.3% de la Población Económicamente Activa (PEA), pero casi se duplica, a 9.2% entre los jóvenes de 14 a 29 años.
En un país de 108 millones 292 mil personas, revelan las cifras oficiales más recientes, México tiene dos millones 486 mil trabajadores en el desempleo, más cinco millones 598 mil personas interesadas en laborar y generar un ingreso, pero que no buscan empleo porque consideran que no tendrán un lugar adecuado en el mercado laboral.
Del total de trabajadores mexicanos en el desempleo, señalan los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 222 mil tienen primaria incompleta como nivel máximo de estudios, 486 mil cuentan con primaria completa, 942 mil, con secundaria, y 834 mil tienen estudios superiores. Dicho en otras palabras, a mayor educación, mayor probabilidad de enfrentar el desempleo. Sólo en Jalisco hay formalmente 52 mil trabajadores desempleados, de los que 42 mil viven el área metropolitana de Guadalajara.
La semana pasada se generó un debate entre autoridades federales y el rector Narro de la UNAM, quien aseguró que hay siete y medio millones de personas de 14 a 29 años en México en condición Nini (Ni estudian, ni trabajan).
¿Qué estamos haciendo por los jóvenes? Realmente poco. Si no estudian y llegan al mercado laboral, se encontrarán con empleos mal remunerados. Pero si estudian y alcanzan grados superiores, son tantos para los puestos mejor remunerados que deprimen el sector y deprecian los salarios.
El problema que vivimos con todos nuestros jóvenes ahora es obra de la falta de políticas suficientes en los últimos 20 años para formarlos y luego colocarlos en una actividad productiva que les represente una vida plena. Pero lo que hoy sucede no está muy lejos de lo que ocurría en el pasado. Todas las instituciones de educación superior, incluidas las de mayor prestigio, generan cada año nuevos profesionales que objetivamente no tendrán posibilidad de ejercer lo que estudiaron.
El problema es multifactorial. Requiere muchos esfuerzos de coordinación y acuerdo entre autoridades, instituciones educativas y dirigentes de los sectores productivos. Mientras esto no se haga, las familias seguirán a ciegas empujando a sus hijos en el desarrollo de su vida. Y luego los jóvenes serán empujados a la calle por universidades que quieren arreglar, de esta manera, sus pugnas con los gobiernos.

sábado, 28 de agosto de 2010

Mexicana afectará a viajeros y a la industria turística nacional

El problema que está viviendo Mexicana de Aviación, que por muchos años fue la aerolínea líder de México y una de las principales de América Latina, traerá perjuicios a los viajeros y tendrá un impacto inevitable en la industria turística nacional.
Surgida en 1921, Mexicana creció con absoluta libertad al amparo de un sistema político paternalista que la privilegió. Por muchos años fue la única forma de volar entre la ciudad de México y muchos destinos nacionales con alto poder adquisitivo: Minatitlán-Coatzacoalcos, por ejemplo.
Aeroméxico tuvo que acomodarse en lo que Mexicana no consideraba vital para sus operaciones, tanto en México como en el resto del mundo. Mientras “Los Patos”, como despectivamente los de Aeroméxico apodan a su competencia por la resistencia tuvieron a cruzar los océanos Pacífico y Atlántico mientras ellos lo hacían, Mexicana se consolidó como la aerolínea nacional con más vuelos hacia Norte, Centro y Sudamérica.
Por el proteccionismo del que gozaba, fue incapaz de soportar las crisis económicas de 1982 y 1994-1995. Tuvo que recibir apoyo gubernamental y subsidios fiscales de los mexicanos. Pero su estructura operativa, sus contratos colectivos con pilotos, sobrecargos y personal de tierra se mantuvieron con una lógica distinta a la vinculada a obtener cada vez mejores resultados económicos. El paternalismo gubernamental siguió protegiendo a la aerolínea de sus propios errores y del surgimiento de competencia: Taesa, Aerocalifornia, Aviacsa, ahora todas desaparecidas.
El ascenso del Partido Acción Nacional (PAN) al gobierno federal trajo nueva competencia aérea, y una incapacidad para resolver si fusionar o no a las dos aerolíneas bandera mexicanas. Al final, en 2005, fueron privatizadas por separado.
El nuevo dueño de Mexicana, el empresario hotelero Gastón Azcárraga, obtuvo un complemento a sus negocios que pudo ser estratégico. Sustituyó la vieja flota propia de Boeing 727 por aeronaves Airbus rentadas, en su mayoría, y apostó por endeudarse para aumentar las generosas utilidades que siempre había tenido cuando gozaba de exclusividad. Pero nunca hizo un análisis profundo sobre lo que ya se veía venir: más competencia (con Interjet y Volaris a la cabeza), y una crisis económica internacional que transformaría dramáticamente la aviación internacional. Azcárraga no lo vio, o no lo quiso ver.
Hoy Mexicana tiene 480 rutas diarias nacionales e internacionales, suspendidas, una estructura de vuelos que se creó en tiempos de holgura gubernamental que en buena medida no es rentable, y una estructura de costos onerosa, incapaz de sostenerse con sus ventas.
A Gastón Azcárraga lo que le interesa ahora es salir del negocio aéreo y concentrarse en sus hoteles en el país, Fiestamericana y Fiesta Inn, entre otros. No pudo con el reto de modernizar a Mexicana, y ahora enfrenta una deuda por más de 15 mil millones de pesos. La aerolínea tiene dos opciones: ser comprada por un inversionista capaz de acordar con el personal y el Gobierno duras medidas de ajuste para volverla rentable, o la quiebra y desaparición de la empresa aérea decana del país.
En esta situación, ¿qué va a pasar con los viajeros? Es muy probable que la aviación nacional empequeñezca su presencia nacional, y que aerolíneas extranjeras ocupen los espacios abandonados por Mexicana en vuelos internacionales. También es probable que, independientemente de lo que ocurra con la aerolínea, sus competidores nacionales frenen la pugna de tarifas, ante la necesidad de recuperar lo que la crisis económica y la influenza humana A H1N1 les causó en pérdidas en los últimos dos años. En consecuencia, para los mexicanos volar se encarecerá.
Pero el principal afectado será la industria turística nacional, que inevitablemente verá caer el número de visitantes, con pérdidas para hoteles, restaurantes y centros de diversión, y toda su cadena de proveedores durante los siguientes tres años. La crisis para todos ellos inevitablemente se extenderá.
La falta de visión estratégica de Azcárraga hizo de una oportunidad de negocios una tragedia para el país.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Crece la seducción comercial

Para mañana está previsto que la cadena Best Buy abra su sexta tienda en México, y su segunda en la ciudad de Guadalajara. La sucursal Ciudadela será la tercera con mayor área de ventas del millar y medio que tiene en varios países, después de las de Shangai, China, y Mundo E, en la ciudad de México.
Con ventas anuales de 40 mil millones de dólares, para 2013 tiene como meta duplicar esa cantidad, y para ello cuenta con el significativo aporte de sus seis tiendas en México.
De acuerdo con la empresa, el mercado de aparatos eléctricos y electrónicos mexicano significa 14 mil millones de dólares, unos 180 mil millones de pesos, y la empresa busca vender buena parte de esa cantidad en nuestro país.
¿Cómo?
De acuerdo con Eduardo García Fabregat, presidente de la empresa en México, Best Buy contempla tres tipos de clientes: las familias, los jóvenes con poder adquisitivo, y los “aspiracionales”; es decir, los que aunque no tengan los suficientes recursos para comprar desahogadamente son capaces de castigar sus otros gastos para adquirir equipos electrónicos que les generen prestigio en sus círculos familiares y de amistad.
Para potenciar sus ventas, Best Buy mantiene un modelo de negocios que permite que buena parte de sus 25 mil productos en catálogo puedan ser tocados y usados por los clientes. A diferencia de lo que ocurre todavía con muchas tiendas tradicionales, las personas pueden experimentar en sus sucursales las diferencias entre equipos similares, hasta que lleguen a cautivarse con alguno de ellos. El efecto propicia mayores ventas por metro cuadrado de superficie en cada tienda, frente a lo que ocurre con sus competidores.
La lección para los empresarios es evidente. Best Buy nació en 1966 en Saint Paul, Minnesota, como un almacén llamado Sound of Music, que ofrecía novedades en equipos electrónicos, permitiendo que los clientes pudieran experimentarlos para decidir su compra. Cuarenta y cuatro años después, el modelo sigue cautivando al público, que lo prefiere a ser atendido detrás de un mostrador por un dependiente que va y viene por los equipos que piden los compradores.
La inauguración de la sexta tienda de Best Buy en México tiene, además, un sabor especial. El presidente de Best Buy México, García Fabregat, dirigió la tapatía Fábricas de Francia de 1982 a 1995. Es decir, mañana la ceremonia de inauguración de Best Buy Ciudadela tendrá un sabor de revancha.

martes, 24 de agosto de 2010

Belleza y tragedia

Desde anoche en redes sociales y medios digitales electrónicos, y hoy a lo largo del día, uno de los temas dominantes es que una tapatía ganó el concurso Miss Universo. Desde programas de análisis a los más superficiales, no han dejado de tocar el tema. “Tenemos a la mujer más bella del planeta”; “Ganó México”; “Somos el país con el hombre más rico y la mujer más bella del mundo”; “Es un triunfo de la frivolidad mexicana”.
Mientras eso sucede en los medios, la población en general, menos crítica, habla del tema con satisfacción, en términos generales, como un logro compartido, propio, que da tema de conversación y que permite olvidar, así sea un poco, sus problemas personales.
Parece cuestión de generaciones. En 1953 otra jalisciense, Ana Bertha Lepe, fue orgullo nacional por haber quedado en tercer lugar en el mismo certamen. En 1991, la bajacaliforniana Lupita Jones alcanzó la corona del concurso.
Ambas han sido tocadas por la tragedia. Jones se vio involucrada en el reciente caso del Bar Bar y el ataque al futbolista Salvador Cabañas, pues el dueño del lugar, Simón Sharaf, fue su novio.
Lepe todavía sufrió más, pues su padre, Guillermo, mató a balazos al novio de Ana Bertha, Agustín de Anda, sin que se aclarara el motivo de semejante rivalidad. Ella subió de peso, hasta rebasar los 100 kilogramos, se lesionó la columna vertebral y adquirió problemas hepáticos y gástricos.
La belleza es sociológicamente un paradigma aspiracional. Pero es un valor muy fuerte para las relaciones humanas, la mercadotecnia y la seguridad. En otras palabras, produce vínculos personales, dinero y tranquilidad. Pero acarrea costos. Las historias de Ana Bertha Lepe, Lupita Jones y varias “reinas” de belleza ligadas con narcos, políticos y empresarios van dejando una estela de tragedias.
¿Cuál será la de Jimena Navarrete Rosete? Si ocurre, también dará qué hablar, como hoy.

lunes, 9 de agosto de 2010

El valor de decidir informadamente

Hace casi tres años tuve un encuentro con la responsable de Relaciones Públicas de los hoteles de Grupo Posadas La reunión, por supuesto, la tuvimos en el recién inaugurado Hotel Fiestamericana Gran Country Club de Guadalajara. Su inquietud era posibilitar una mayor relación con EL INFORMADOR.

En el encuentro, yo le pregunté si la todavía reciente adquisición de Mexicana de Aviación no generaría que potenciaran los paquetes avión+hotel del grupo. Ella sonrió, y me dijo que claro, que lo estaban considerando y que pronto habría buenas noticias al respecto.

Nunca más supe de ella, ni de paquetes de vuelo y hotel en condiciones competitivas, aprovechando la sinergia que debe haber entre empresas complementarias de un mismo grupo corporativo.

La página de internet de Mexicana ofrece, por supuesto, los paquetes VTP (Viajes Todo Pagado), pero lo que le está sucediendo a la aerolínea me hace creer que la gestión estratégica de los negocios de Grupo Posadas no se vio alimentada por análisis de prospectiva. Una inquietud de modernizar a la aerolínea no se vio compensada con entender lo que estaba sucediendo con el mercado aéreo nacional y americano, ni con la crisis financiera estadounidense que ya entonces se gestaba y que terminó por impactar económicamente al planeta con cinco billones (millones de millones) de dólares.

¿Cuánto le conviene a cada iniciativa de negocio la información estratégica para la decisión oportuna de sus planes? En Guadalajara tenemos muchos ejemplos de empresas que no lo hicieron y desaparecieron, y algunas que lo han comenzado a hacer, con excelentes resultados.

http://www.informador.com.mx/economia/2010/224367/6/corre-plazo-de-un-ano-para-el-caso-mexicana.htm

lunes, 26 de julio de 2010

Horizonte provocador

Parece como si nadie se hubiera dado cuenta. La mayoría de los profesionales del periodismo, las relaciones públicas y la comunicación social ejercen actualmente su labor como si los que nos siguen en edad tuvieran hábitos parecidos. Y la verdad es que no es así.
Las empresas, instituciones u oficinas propias para las que trabajamos se enfrentan, salvo raras excepciones, con un producto laboral que sostiene lo que se ha venido haciendo. Como si estos resultados y este estilo laboral pudiera perdurar. Pero no.
Quienes nos siguen en edad y gustos están planteando retos muy interesantes, vertiginosos y hasta conmovedores para quien los quiera ver. Y quienes no, que sigan haciendo lo mismo.
Por un lado están los rasgos psicológicos y sociológicos de los más jóvenes, con una sensibilidad y una actitud que los empuja a ver de otra manera el mundo que compartimos, incluso bajo el mismo techo. Por el otro está la evolución de las tecnologías que influyen en las relaciones sociales, la información y la formación de hábitos. Es una pinza que está haciendo tronar, con toda crudeza, a muchos medios de comunicación, y también a muchos corporativos en otros giros de negocio.
Entender lo que está sucediendo, visualizar el futuro de la rentabilidad económica y social, se vuelve una necesidad de supervivencia. Y muchos ni siquiera se han enterado.
Quien esté seguro, debería dejar de estarlo, y quien tenga la inquietud de conocer que viene, bien haría en seguirla.
El futuro es provocador. El horizonte está nublado y tiene relámpagos.

miércoles, 21 de julio de 2010

La seriedad de Alejandra

Hay una chica en el seminario de Miami, actividad que bien podría titularse Vida o Muerte de los Medios de Comunicación. Y Hágale Como Pueda.
Ha estado seria, presenciando las sesiones de trabajo y acompañándonos a las visitas. Muy seria, diría.
Sé por que me lo dijo que es estudiante de comunicación en el Tecnológico de Monterrey, y que está acá como interna de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que ha aportado en know how y conferencistas en este acuciante seminario.
Hace rato se me ocurrió algo, y se lo platiqué a uno de mis colegas. Claro que tiene razón para estar seria. Es más, podría estar invadida de pánico. ¿Cómo fue que eligió estudiar periodismo como profesión cuando lo que ha escuchado es que es inevitable que haya más caídas de publicidad, más recortes laborales y, sobre todo, menos consumidores habituales y tradicionales en los medios informativos. No hay algo que asegure lo contrario. Por el otro lado hay muchas innovaciones y acciones diversas entre medios informativos para ingresar a la etapa digital, aunque ni hay certeza de que sean por buen rato financieramente autosustentables, ni siquiera si lo que se hace será igualmente ignorado por la generación que viene detrás de Alejandra.
“Mi hijo no lee los periódicos, ni siquiera por internet”, dijo otro participante del seminario. “¿Pero algo tendrá hacer para informarse sobre lo que le interesa?”, respondí. No puede ser que sean, él y los de su generación personas ainformadas (mucho gusto, neologismo). “Pero es que no les interesa lo que hace el Congreso, o el clima, nada”, oí. “Yo doy clases en periodismo en Colombia, y los alumnos no leen periódicos, ni siquiera en internet”, escuché.
Me niego a que exista en este planeta un ainformado entre los seis mil y poco más de millones de habitantes, que hoy miércoles, según el sitio de Andrés Cavelier, alcanzó también 500 millones de cuentas en Facebook.
Cada uno de estos jóvenes, que vienen generacionalmente después de Alejandra, se informan, pero de lo que les interesa a ellos, no a sus papás o a los periodistas. Para ello existen sus propios círculos, tecnificados y no, de sociabilización de datos relevantes: dónde se compran los tenis más llamativos y al mejor precio; cuál de los gadgets del mercado genera más envidia entre su gente, en donde no está su papá, por supuesto.
Ahora entiendo el rostro de Alejandra. Llegará profesionalmente al periodismo cuando todo se reduce, incluso se cierra. Y lo hace para tratar de ¿subsistir? de algo que nadie todavía explica a dónde va.
Sólo hay preguntas. ¿Alguien está investigando cómo los más jóvenes están consumiendo datos y construyendo sus propios hábitos informativos?
Tendrán que ser rentables de alguna forma. Una cuarta parte de la humanidad tiene entre tres y quince años.
Por lo pronto, Alejandra ha estado realmente seria.

Cuando el pez chico se come al grande

Si a alguien fuera de esta zona del Sur de la Florida se le preguntara qué área urbana considera que sea mayor, Fort Lauderdale o Miami, no es difícil anticipar la respuesta.
Estoy aquí de visita, y por lo menos en periodismo, la respuesta verdadera es la que no parece. El lunes visité The Miami Herald, de la enorme, preciosa y fashion ciudad de Miami, y al siguiente día estuve en The Sun Sentinel, en Fort Lauderdale.
En ambos casos, es apabullante lo que está ocurriendo con la prensa estadounidense: se hace chiquita a pasos agigantados. Directivos de ambas empresas informativas lo corroboraron por separado. Pero hay diferencias. El diario maiamense, con todo y su imponente edificio en Biscaine Bay, está parcialmente vacío. Sus grandes rotativas, con capacidad de imprimir 60 mil ejemplares por hora, estaban paradas. No necesitan trabajar tanto, porque el periodismo sobre papel se está reduciendo a pasos agigantados, aunque difícilmente morirá pronto. Sus máquinas tienen 13 años, y probablemente nunca más las remplacen.
“El Sol” lauderdaliano, por el contrario, ha encontrado que puede producir televisión y radio, y que sus rotativas pueden maquilar periódicos regionales, pero también la versión para Florida de los diarios nacionales USA Today y The Washington Post. Pero, más importante aún, tienen la expectativa de que algún día a su odiado competidor por años, y hoy asociado de palabra para cuidarse mutuamente sus “parcelas” empobrecidas de lectores, mantiene la esperanza de que algún día a The Miami Herald, con todo y su versión en español de El Nuevo Herald, le sea más barato imprimir los ejemplares que necesita vender en la rotativa de Fort Lauderdale.
El pez chico, aparentemente, se comerá al grande.