Inevitablemente, con cada cumpleaños que celebran las personas adquieren un poco más de probabilidad de vida. Dicho en otras palabras, alejan un poco su fecha de muerte, por lo menos estadísticamente. Eso está sucediendo en México y en el resto del mundo. Esta circunstancia se combina con otra macro tendencia social: las familias están perdiendo paulatinamente la facultad y el compromiso de cuidar directamente a sus viejos, transfiriendo esa responsabilidad a los servicios públicos y privados especializados.
Esta paradoja está creando una enorme necesidad de especialistas en cuidados para la gente mayor: geriatras, reumatólogos, fisioterapeutas, ingenieros creadores de aparatos y tecnologías que pongan remedio al cansancio de los cuerpos y hasta profesionales en actividades recreativas. Pero, por sobre todas estas profesiones, hay una que ya está siendo muy demandada: técnicos para atención cotidiana de personas con capacidades disminuidas; lo que hoy conocemos como enfermeros.
Esta necesidad ya está siendo registrada en el mercado laboral en México. De acuerdo con el Observatorio Laboral del gobierno federal, en 2005 había 77 mil enfermeros con empleo en el país. Este año habrá 116 mil; 51% más en sólo cinco años. El crecimiento en colocación no se frenó ni siquiera durante la caída general de empleo en este par de años por la crisis económica internacional.
Es cierto que aquí habría que descontar a estos profesionales que se incorporan a los servicios médicos para la población de otras edades, pero aún así en 20 años, cuando comience a invertirse la pirámide demográfica en el país que hoy es todavía mayoritariamente de jóvenes, los enfermeros especializados en gente mayor seguirán registrando un incremento en el número de plazas ocupadas.
Hoy, 91 de cada 100 enfermeros son mujeres. Previsiblemente, la equidad en géneros avanzará poderosamente en esta profesión, sobre todo porque hay certeza de un futuro prometedor en estabilidad laboral, buena remuneración y prestaciones interesantes, que atraerá a más varones.
Ahora México tiene alrededor seis millones de personas de 65 o más años; en 40 años serán más de 25 millones.
Pero todavía hay un argumento más prometedor. Estados Unidos y Canadá, nuestros vecinos, están requiriendo ya enfermeros mexicanos para atender a su población de mayor edad, que hoy son alrededor de 75 millones. En 20 años esta población sumará unos 110 millones de personas, y ellos no tendrán cómo cubrir la demanda de atención con sus profesionales.
Un enfermero en México recibe ahora un promedio de 10 mil pesos (750 dólares) al mes por su trabajo. En Estados Unidos, el mismo profesional recibe no menos de tres mil dólares, unos 38 mil pesos mexicanos mensualmente. Aunque naturalmente tienen que ser bilingües.
Hay futuro.
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