* EL DUEÑO DE TELMEX Y TELCEL HA OFRECIDO CONTRIBUIR EN MODERNIZAR EL MARCO REGULATORIO DE LAS TELECOMUNICACIONES
Una advertencia. Este texto no está escrito para Emilio Azcárraga Jean (Televisa), ni para Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca) o alguno de los otros oponentes del ingeniero civil por la UNAM Carlos Slim Helú (Ciudad de México, 71 años). Está pensado para los millones de clientes que tienen Telcel y Telmex, unos 75 millones de mexicanos que quisieran mejores servicios y precios. Porque si eso ocurre, los consumidores en las otras empresas de telecomunicaciones en el país también se verán beneficiados.
¿Qué tendría que ocurrir para que esto sucediera?
1. Actualizar las leyes y regulaciones en el sector, para favorecer la operación competitiva de diversas empresas de telecomunicaciones: televisión, telefonía e internet. La que tenemos es obsoleta.
2. Despolitizar a los órganos reguladores y de supervisión de la industria, reconformarlos con técnicos de honestidad probada y dotarlos de mayor capacidad jurídica para imponer sanciones cuando se perjudique el interés público. Actualmente estos organismos están integrados mayoritariamente por personas con compromisos políticos.
3. Modernizar los usos de todo el espectro radioeléctrico, con la aplicación de nuevas tecnologías digitales que sustituyan algunas de las aplicaciones actuales.
4. Elevar la asesoría y el apoyo a los consumidores, ante incumplimientos de los proveedores. Ahora este respaldo es incompleto.
5. Inhibir legalmente las complicidades de grupos y actores políticos con empresas de comunicación. El Instituto Federal Electoral (IFE) ha perdido fortaleza en esta labor, ante el cada vez menor perfil público de sus consejeros.
En el fondo, aprovecharse de los servicios que ofrecen Slim y el resto de los empresarios del sector se resuelven elevando la calidad de servidores públicos que elegimos. ¿Difícil? Sí, pero no parece haber otra forma para que ocurra.
Y ÉL, TAN CAMPANTE, COMPRA MAZAPANES EN LA CALLE
Slim Helú lleva semanas en las portadas de los medios de comunicación, desde que ocurrió la abrupta despedida de Carmen Aristegui en MVS Noticias y la presunción de algunos medios, multiplicada con la conferencia de prensa de la comunicadora en la que acusó a la Presidencia de la República de haber intervenido en la empresa para la que trabaja para que la despidieran, bajo la amenaza de que se dificultaría la retrasada entrega de la concesión para operar la banda de 2.5 Gigahertz. Esta banda permitiría cubrir el país con internet, telefonía y televisión de manera más eficiente que cualquiera de los servicios que actualmente se ofrecen.
Vino entonces la ampliación de las acusaciones de analistas y empresas competidoras, como Televisa, que acusa a Slim de ser socio de la familia Vargas, dueña de MVS, para explotar la banda de 2.5 Gh para expandir su negocio de telecomunicaciones en el país. Siguieron, en días pasados, la renuncia de todas las empresas de Slim a anunciarse en los medios de comunicación de Televisa y TV Azteca.
Esta semana Slim dará más para hablar. El lunes celebró 20 años de haber comprado Teléfonos de México, y este martes inaugura las nuevas instalaciones del Museo Soumaya –que honra el nombre de su esposa, ya fallecida— con una pasarela de invitados que será envidia para muchos.
Pero el empresario no se muestra preocupado. El lunes caminó tranquilamente con el famoso entrevistador de CNN, ya jubilado, Larry King, para comprar mazapanes y dulces típicos en el Centro Histórico de la ciudad de México, para luego irse a comer en uno de sus negocios de comida.
Slim se ha manifestado reiteradamente en favor de que se mejore el marco regulatorio y la supervisión de las empresas de telecomunicaciones, abriendo el sector a la libre competencia. Es tiempo de poner a prueba sus palabras.
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